literature

PnF Yo NO te enga*e

Deviation Actions

RebeckaOG's avatar
By
Published:
1.6K Views

Literature Text

   Eran ya las dos de la tarde en la pequeña ciudad de Los Ángeles. Habían pasado cuatro meses desde que Phineas e Isabella se habían comprometido, las peleas habían cesado y la vida se volvía a pintar de nuevo de color de rosa para la joven pareja. Claro que para ellos todo iba bien, lo que no se esperaban era que para Ferb y su linda prometida, el mundo se había estado viniendo abajo desde que este había comenzado a bromear con un tema del cual ella no quería oír.

   -¿Podrías pasarme la sal? –pidió Ferb a su novia durante la comida que ella había preparado.

   -Tú ya sabes lo que pienso acerca de eso. –Contesto ella sin levantar la mirada, atacando a la lechuga de su plato con el tenedor como si se estuviera defendiendo de un matón fuera de un supermercado.

   -¿Eso quiere decir que no puedo comer sal en mi propia casa?

   -DEJA. DE. HABLAR. YA.

Ferb bajo la mirada de nuevo a su plato, reflexionando las opciones que tenía. Su boda seria dentro de dos meses y ninguno de los preparativos estaban listos, por lo que técnicamente aun podía cancelarse el evento. “Deja de pensar eso” dijo para sus adentros. Por otra parte, tenía que arreglar las cosas con ella antes de que fuera demasiado tarde para ninguna de sus opciones.

   -Escucha, creo que tenemos algo de qué hablar y es importante que lo hagamos como adultos que somos –dijo la chica, pareciendo que había escuchado en lo que pensaba él.

   Ferb levanto la vista y la miro fijamente, aquellos ojos de los que se había enamorado aun seguían ahí, solo que ahora se notaban más cristalinos de lo normal.

   -No me mires así, ambos sabemos que en vista de las circunstancias esto era inevitable. –Hizo una pausa – y es por eso que… creo que tenemos que cancelar la boda.

   Sus miradas se cruzaron durante varios segundos. Ninguno sabia que decir. Ella se levanto de la mesa velozmente para entrar a la habitación y salir inmediatamente con una maleta de color vino posada en su mano.

   -He llamado a Isabella esta mañana, me quedare en su antiguo departamento en lo que consigo algo mejor. Creo que esto es lo mejor.

   Para este punto, los ojos de la chica permitían ya la salida de sus lágrimas, cosa que le partió en corazón a Ferb. Quería rogarle que se quedara, prometerle que jamás hablaría de nuevo acerca del tema, pero eso ya lo había intentado y ella seguía negándose a aceptar explicaciones.

   -Si no tienes nada más que decir… creo que…

   Ferb se levanto de su asiento y cerró la puerta que ella había ya comenzado a abrir. –No quiero que te vayas. –dijo con sus labios a solo un centímetro de distancia de los de ella.

   -¿Tu sabes que te amo, cierto? Y que nunca amare a nadie como a ti.

   -Pero lo intentaras.

   -No puedo seguir viviendo una vida llena de amor por unos minutos y de preocupación en otros. Quiero saber si me engañaste, pero al mismo tiempo no quiero volver a oír acerca del tema.

   -Yo jamás te haría eso. –Dio un suspiro- Y si de alguna manera te lo di a entender, yo…

   -No digas mas –dijo ella posando dos de sus dedos sobre los labios de Ferb -.  Creo que es hora de que me vaya.

   Poso su mano sobre la perilla, pero Ferb la atrajo hacia sí mismo sosteniéndola del codo y plandandole un beso en los labios lleno de pasión. El beso duro muy poco tiempo, cuando ella por fin pudo librarse de su agarre, salió por la puerta y dejo a Ferb con una lagrima sobre su mejilla a la espera de que ella volviera a entrar por la puerta.


   
   -¿Lista para ver una película al estilo Phineas? –pregunto él desde la cocina del apartamento que compartía con Isabella mientras pasaba su mano por la barra y recogía un bol lleno de palomitas de maíz con limón y chile habanero.

   -Creí que el estilo Phineas era un pan tostado con salsa y mantequilla.

   -No, ese es el desayuno estilo Phineas –contesto haciendo un mohín.

   -Creo que es hora de que probemos que tan bueno es.

   Isabella salió de su asiento en el sofá  dirigiéndose con su prometido, metiendo las manos en los bolsillos de él. Phineas volvió a dejar las palomitas en la barra y la beso, jurándose que sí verían la película y que no terminarían en su habitación como las últimas seis veces que habían intentado ver aquel film.

   Ambos detuvieron el beso cuando la puerta de su apartamento comenzó a ser, básicamente, aporreada. “¿Quién es?” gesticulo Phineas, recibiendo como respuesta una mirada de confusión por parte de Isabella.

   -Iré a ver quién es –Dijo Isabella soltándose del agarre de Phineas y dirigiéndose a la puerta para encontrar a Ferb en el umbral - ¿Ferb?

   -Hola Isabella ¿Qué estás haciendo?

   -No te burles de mi ¿Qué haces aquí?

   -Vine a buscar a mi esposa.

   -¿Tu esposa? –Pregunto Phineas entrando a la conversación por primera vez -¿Te refieres a…?

   -¡Si! Y exijo saber dónde está.

   -Ella aun no es tu esposa, Ferb.

   Isabella se hizo a un lado permitiendo que pasara al departamento y pudieran seguir hablando. – ¿a que te refieres con donde esta? ¿Acaso no lo sabes?

   -Hace aproximadamente dos horas que se fue de nuestro piso, me dijo que había hablado contigo y que le habías dicho que se podía quedar donde antes vivías tú. He estado ahí ya, pero no hay ni rastro de ella. –dijo Ferb tomando asiento en el sofá donde antes estaba Isabella recostada.

   -¿Qué demonios ha pasado, Ferb? –pregunto Phineas.

   -Hacia ya varias semanas que llevamos peleando, nada fuera de este mundo. Pero un día se puso a decirme que la había engañado y estamos de acuerdo con que yo jamás haría eso – hizo una pausa esperando a ser atacado con preguntas, cuando esto no sucedió siguió hablando -. Pero esta tarde la cosa empeoro y me acuso de seguirlo haciendo así que tomo su maleta y se fue.

   -¿Estas diciéndome que ella solo salió así como así? –dijo Isabella – Ferb, ella no ha hablado con ninguno de los dos desde hace ya cuatro meses, ustedes dos básicamente nos han abandonado. No habíamos tenido noticias tuyas hasta que tocaste la puerta hace tres minutos.

   -¿Qué se suponía que tenía que decir? Oye, mi prometida ha estado pensando en dejarme para siempre; pero bueno, ¿Viste el último episodio de NCIS: Los Ángeles?

   Phineas guardo silencio, sabiendo que su hermanastro tenía razón, esas no eran noticias que uno se moría por compartir. Miro directamente a los ojos de Ferb y se dio cuenta por primera vez de lo hinchados que se veían, era obvio que había estado llorando pero que jamás lo admitiría.

   -¿Y ahora qué? –pregunto finalmente Ferb

   -La llamare en la mañana, creo que quizá podría descubrir cómo es que pensó que tú la habías engañado. Después de eso… no estoy segura.

   -Isabella tiene razón, no podemos simplemente llamarla y encerrarlos en la misma habitación hasta que se terminen besando

   -Eso es lo que hicimos con ustedes y terminaron comprometiéndose. –declaro Ferb a su hermano.

   -Ese no es el punto. La idea en si es ridícula, este es un problema serio. Lo bueno es que ella aun no ha tocado el tema de la boda, por lo que aun tenemos tiempo.

  Ferb dio un suspiro, lo cierto era que ella ya había declarado que la boda se cancelaria, pero no quería admitirlo frente a sus dos amigos. Quizá si se negaba a decirlo, ella lo olvidaría y los planes seguirían en pie.

   -¿Esperare hasta mañana?

   -Eso es lo que yo hice, hermano. Quizá mañana tengamos un plan para poder traerla de nuevo a casa.

   -De acuerdo… ¿Puedo quedarme aquí? Solo será por hoy. –dijo levantando las manos para evitar que ellos dijeran que era un mal plan.

   -Claro, Ferb. Solo que… -comenzó Isabella, pero Phineas la interrumpió.

   -Está bien, Isabella. De todas maneras ya nos dirigíamos a la habitación.

   -¿Ah sí? –Vio la mirada de Phineas – quiero decir, si. Ya nos íbamos.

   -¿Están seguros? –Pregunto Ferb viendo como Isabella entrelazaba los dedos con los de Phineas y este la atraía cada vez más en dirección de su habitación.

   -Si, no te preocupes por nosotros. Buenas noches, Ferb. –dijo antes de cerrar la puerta de una patada.

   -Pero son las cuatro de la tarde –grito justo cuando una risa salió de su propia garganta al imaginarse lo que estaban haciendo antes de que él llegara.

   Se recostó en el sofá y vio que una película estaba puesta en el reproductor de DVD, por lo que busco el control remoto hasta que por fin lo encontró junto a un recipiente con palomitas. Vio hacia ambos lados antes de introducir una mano y sacar un puñado. Se volvió a sentar en el sofá y se metió descuidadamente el puño a la boca, dejando que un grito escapara de su está al sentir el ardor de lo que obviamente era chile habanero se escurría por su garganta.

   -¿Qué ha ocurrido? – pregunto Phineas, que había salido corriendo de su habitación completamente despeinado, sosteniendo dos almohadas: una enfrente y otra atrás.

   -Eres un pésimo cocinero Phineas. Ahora se porque nadie  te dejaba hacer el beicon en la mañana.

   -Pues resulta que Isabella ama el desayuno que preparo.

   -¡De hecho sabe horrible! –grito Isabella aun desde la habitación.

   -¡Ugh! Bien, tengo que volver a la recamara Ferb. Buenas noches –dijo retomando su camino hacia su cuarto.

   -Sigo insistiendo, ¡Son las cuatro de la tarde!



   No paso mucho tiempo para que Ferb se quedara dormido en el sofá. Por lo que cuando despertó apenas eran las once de la noche. “Creo que al final si tenía que decir buenas noches” pensó para sí mismo cuando se percato que todas las luces estaban apagadas. Se puso de pie de un brinco y se encamino  a la habitación de invitados, que se encontraba justo frente a la alcoba de Phineas e Isabella, una vez que cerró la puerta, escucho que alguien tocaba la puerta del apartamento.

   -¡Ferb! Déjame dormir o te juro por dios que voy a tomar un cuchillo y te voy a… -Decía Phineas antes de ser interrumpido por una nueva serie de golpes. -¿Ferb?

   Phineas tomo los pantalones que había dejado hacia varia roras tirados en el piso y se dirigió a abrir la puerta, pensando que quizá Ferb había salido durante varios minutos y se había quedado afuera.

   -No soy Ferb, y agradecería mucho que te apresuraras. –contesto una voz desde fuera de la puerta.

   Al escuchar la voz de la novia de Ferb, Phineas se quedo helado. No esperaba en lo mas mínimo que ella iría ahí, ya sea para buscar un lugar donde dormir o para conversar acerca de su hermano. Cuando su mente roso el pensamiento de Ferb, se apresuro hacia el sillón para decirle a él quien se encontraba del otro lado de la puerta. Sin embargo, el sillón estaba vacío y no había rastros de él. Por lo que después de dar varia sueltas sobre su propio eje, se dejo a si mismo abrir la puerta para encontrar ahí a una niña con el cabello teñido de rubio con una ligera sonrisa en sus labios y los ojos aun un poco llorosos.

   -Ho… hola –saludo Phineas mas que nervioso.

   -Hola Phineas, supongo que ya te abras enterado de lo que paso en la tarde ¿o me equivoco?

   Cuando Phineas por fin pudo contestar ella ya había entrado y puesto su maleta sobre el sofá. –Yo… de hecho sí. Creo que… ustedes no… pero….

   Ella lo miro con una ceja levantada tratando de comprender una sola de las oraciones que Phineas trataba de completar sin éxito. Se sentó en el sofá y al ver las palomitas en la mesa de centro recordó que no había terminado de comer en su apartamento por lo que se moría de hambre.

   -¿Te molesta si yo…? –dijo señalando las palomitas.

   -De hecho, no te lo recomiendo. Ferb… quiero decir: Isabella dice que están horribles.
  -¿Isabella dijo eso? Wow…

   -¿Yo dije que? –pregunto Isabella cubierta de una sábana blanca al salir de la recamara y ver a la chica sentada en el sofá hablando acerca de ella.

   -Hola Isa –saludo con su mano- escuchen, quizá fue un error haber venido aquí… es solo que no se me ocurría que mas hacer.

   -No te preocupes, no hay nada de malo. Solo que nos has tomado por sorpresa y nosotros…

   -Sí, entiendo que ustedes –dijo señalando a Isabella que peleaba con la sabana para que se mantuviera en su lugar – estaban ocupados.

   -De hecho, estaban preocupados porque  notaras que yo estaba aquí –contesto Ferb saliendo del cuarto de invitados aun un poco pálido por la impresión de escuchar su voz.

   -Bien, entonces creo que será mejor que me vaya

   -No, por favor quédate. De todas maneras yo ya me iba. –dijo Ferb tomando una chaqueta que estaba sobre una de las sillas frente a la barra.

   -Ferb no tienes por qué hacer eso –respondió Phineas –Además, esa es mi chaqueta.

   -Discúlpame por salir de mi piso sin ni siquiera una chaqueta pues estaba desesperado por encontrarla a ella –dijo Ferb señalando a la muchacha rubia.

   -No es mi culpa, Ferb. Todo iba demasiado mal antes de que me fuera. Solamente ya no quería volver a sentirme de esa manera.

   -Podrías haberme dicho eso antes de que te fueras y me dejaras a mi solo con el corazón roto.

   Cuando esas palabras salieron de la boca de Ferb, se dio cuenta de lo absurdo que era todo eso y que de verdad no quería seguir peleando con la chica que amaba – Te amo.

   -Yo también. Pero no…

   -No, por favor no me digas que aun desconfías de mí. –Dijo Ferb dando vueltas a la habitación con la mirada. Percatándose de que Isabella se había puesto detrás de Phineas y que le susurraba algo al oído.

   -¿Puedes culparme? Estábamos cenando perfectamente y me dijiste que ya antes habías estado enamorado de alguien. Y que aun no podías sacártela de la cabeza.

    -¿Por qué sabes que no se refería a ti? –pregunto Isabella saliendo de detrás de Phineas –digo, quizá todo esto sea un malentendido.

   -Él dijo que ella era castaña y que tenía los ojos negros más hermosos que haya visto nunca.

   -¡Es porque lo eran! –dijo Ferb mirando al vacio con una mirada de enamorado

   -¡FERB! – Gritaron sus tres amigos al unisonó.

   -Oye –comenzó Ferb, tomando entre sus manos el mentón de su prometida para que esta lo mirara directamente a los ojos - ¿Acaso ya no recuerdas cual es el color natural de tu cabello?

   -Yo no… -Comenzó ella, pero se detuvo al ser golpeada con una imagen de ella misma donde tenía su cabello notoriamente más oscuro y su mirada se iba tornando mas del color de la noche.

   -Te amo más que a nadie, y si hay una persona que amo quizá más que tu, eres tú misma cuando no querías esconderte.

   -Yo no me estoy ocultando. Eres todo lo que quiero en este mundo – dijo mientras se soltaba de su agarre y retrocedía en dirección a la puerta.

  Mientras que ella iba retrocediendo, pensaba y se imaginaba a sí misma con una melena castaña y los ojos negros. No era consciente de eso pero mientras más fuerte pensaba en eso, su cabello iba tornándose de nuevo en otro color y su mirada se iba oscureciendo.

   -Tú eres mi hogar  

   Ferb avanzo hacia donde estaba ella y la tomo en sus brazos protectoramente mientras ella recortaba su cabeza sobre su pecho. -¿De verdad vas a citar a Jamie McGuire en un momento como este?

   -¿Eso quiere decir que la boda sigue en pie?

   -Por supuesto que si…

   Phineas e Isabella se abrazaron mientras observaban a esos dos besarse, citando ambos a sus autores favoritos.

   –El amor Reader es el mejor que hay –declaro Phineas besando la parte superior de la cabeza de Isabella

   -Me amas ¿Real o no real? –dijo Isabella con una sonrisa juguetona asomándose en sus labios

   -Real

   Ambos volvieron a besarse y Phineas recargo una de sus manos en la espalda de Isabella para que esta no se alejara más de los pocos centímetros que los mantenían alejados. -¿Qué tal si vamos a la cama?


   -Lo haría –mordió su labio inferior –...si no fuera por el bebé.
















CONTINUARA…
La historia se llama: Yo NO te engañe
Solo que aparentemente no puedo poner una Ñ en el titulo *.*
 
Pero bueno...

¿Que les parecio? por fin pude terminarla y espero que les guste tanto como a mi :D

Por favor comenten que me siento mal cuando nadie comenta :(

ok, alguna duda?

Soy Reader asi que, ame lo que dijeron Phineas, Isabella y Ferb :P

Los quiero y cualquier duda que tengan yo les contesto :D

Quien levanta la manita y me dice cual creen que sera el proximo titulo? jeje :)

BYE!


© 2013 - 2024 RebeckaOG
Comments11
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
rosy26's avatar